El gran ciclismo se cita en San Sebastián

Alberto Contador y Paolo Bettini se medirán a las figuras del Tour el 2 de agosto en una Clásica con una participación exclusiva. La subida a Arkale a 16 kilómetros de meta es la gran novedad.

24-VII-2008.Iñaki Izquierdo. San Sebastián

Las hazañas vuelven a ser sucesos extraordinarios. Ayer, el Tour pasó por el Gailibier, la Croix de Fer y Alpe d'Huez, y los colosos alpinos impusieron su ley sobre los corredores. Es el regreso a un ciclismo a escala humana, que no renuncia a la épica, esencia de este deporte, pero en el que las limitaciones de los corredores vuelven a quedar al descubierto.

Apenas dos horas después de que Carlos Sastre levantase los brazos y se vistiese de amarillo en la cima de Alpe d'Huez, el ciclismo de máximo nivel puso sus ojos en Gipuzkoa. Se presentó la Clásica San Sebastián-San Sebastián-Gran Premio Kutxa, que mantiene su recorrido tradicional con la novedad de la ascensión a Arkale, a sólo 16 kilómetros de meta, que endurece el final de la carrera.

La prueba de Organizaciones Deportivas EL DIARIO VASCO tomará el relevo al Tour el próximo sábado 2 de agosto, sólo seis días después de que acabe la carrera francesa. Y todos los protagonistas de la ronda gala, comenzando por el líder, Carlos Sastre, y sus máximos rivales, Frank Schleck y Cadel Evans estarán en la línea de salida de San Sebastián, lo mismo que Alejandro Valverde, uno de los máximos favoritos. La Clásica volverá a reunir al mejor pelotón posible, puesto que Alberto Contador espera a todas las figuras del Tour de Francia en el Boulevard donostiarra.

Un duelo repetido
Muchos aficionados se quedaron con la duda de qué habría podido hacer ayer el ganador del Giro de Italia en las rampas alpinas. El duelo se aplaza diez días y Contador podrá medirse codo con codo a Sastre, Evans y Schleck. Un duelo del que no han disfrutado en Francia pero que los aficionados guipuzcoanos ya saborearon en primera persona en el mes de abril en la Vuelta al País Vasco. Entonces ganó el madrileño, con Evans segundo.
El brillo de los podios de las diferentes carreras ha sido una constante esta temporada, en la que las figuras se han reservado lo justo, para deleite de los aficionados. La exclusión de Contador del Tour llevó al madrileño a una especie de carrera reivindicativa, dispuesto a demostrar que es el mejor ciclista del mundo de la mejor manera posible: ganando.

Esa ambición del escalador del líder del Astaná contagió al resto de primeras espadas y pocos de los hombres que están destacando en Francia llegaron a la salida del Tour con el palmarés en blanco, algo que solía ser habitual en el pasado reciente.

Schleck, Evans, Valverde y Cunego han sido protagonistas de la temporada y su ambición no se ha detenido en el Tour. Ganar vuelve a tener prestigio entre los corredores, después de años en los que había ciclistas que se pasaban la temporada preparando objetivos, casi siempre para no cumplirlos después, y desechaban carreras como si no tuvieran importancia.

Ese cambio de mentalidad en la nueva generación de corredores junto a la vuelta al ciclismo a escala humana ha levantado la moral de los aficionados, que vuelven a poblar las cunetas pese a que siguen sufriendo decepciones. Sin embargo, parece que el ciclismo está imponiendo su grandeza sobre sus miserias.

Especialistas
Esa tendencia positiva es la que quiere prolongar la Clásica, donde las figuras del Tour podrán medir sus fuerzas con los especialistas en las pruebas de un día, que tampoco quieren dejar pasar la oportunidad de anotarse un triunfo grande.
Al frente de la lista llega, también desde Francia, Óscar Freire. El líder de la regularidad del Tour podría aprovechar el estado de forma y el ritmo de la carrera francesa para superar Jaizkibel y la nueva ascensión a Arkale. El triple campeón del mundo tiene capacidad de sobra para superar esas subidas y tratar de imponer su velocidad en el Boulevard, pero podría depender de otros equipos para que la cabeza de carrera llegue agrupada a Donostia y se dispute un sprint por el triunfo.

Otro lujo para el cartel de la Clásica es Paolo Bettini, ganador en 2003. El actual campeón del mundo y olímpico no corre el Tour y llegará fresco. Su repertorio es amplio y podría probar un ataque de clasicómano en la nueva ascensión a Arkale para romper el grupo, pero tampoco vería con malos ojos una llegada masiva.

Sorpresas
El palmarés de la Clásica de San Sebastián ha sido proclive a las sorpresas en las últimas ediciones, con triunfos para Leonardo Bertagnoli (2007), Xavier Florencio (2006), Tino Zaballa (2005) o Martín Perdiguero (2004).

En la lista de participantes para la próxima edición hay nombres que no pueden considerarse, precisamente, outsiders, como Cunego, Rebellin (ganador en 1997), Hushovd, Gilbert o Samuel Sánchez, que liderará un Euskaltel con Astarloza, Zubeldia o Egoi Martinez. Juanma Garate, segundo el año pasado, buscará subir un escalón del podio.

La participación estará integrada por los 18 equipos UCI Pro Tour, más el Karpin Galicia, invitado por la organización. La salida de la prueba tendrá lugar a las 11.05 horas y la llegada, a las 17.13 en el Bolulevard. El paso por Jaizkibel está previsto a las 16.15 y por Arkale, a las 16.49. El espectáculo está servido.


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