Óscar Pereiro: "Me saqué la careta de líder y ahora no soy nadie"

Photo: courtesy
Wim Dingemanse

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ha experimentado una completa metamorfosis deportiva

Ha vuelto al pelotón más fino que el año pasado, con nuevas ilusiones tras su amago de retirada y satisfecho de haber recalado en el Astana

Cuatro meses y una crisis existencial después, Óscar Pereiro vuelve a sentirse "plenamente ciclista", liberado de la presión de ser considerado líder forzoso tras su victoria en el Tour de 2006, y "con el listón tan alto y con tantas ganas" que hasta sus rivales en el pelotón se sorprenden.

Pereiro, que participa en la Volta a Cataluña, ha vuelto al pelotón más fino que el año pasado, con nuevas ilusiones tras su amago de retirada y satisfecho de haber recalado en el Astana, donde trabaja "disfrutando cada día de un ambientazo de equipo", según explica. Es otro ciclista.

"El año pasado acabé muy agobiado -ha confesado-, no valoraba nada, no tenía sensaciones de corredor. Sólo veía la parte negativa de la bici". El resultado: cuatro meses de inactividad, de agosto a diciembre.

La oferta del Astana le devolvió al ciclismo. "No quiero decir que estuviera mal en Caisse d'Epargne -ha señalado-, pasé cuatro años geniales. Pero ahora estoy entrenando como nunca. Disfruto, grabo los entrenamientos, los veo en casa, descubro zonas nuevas. Mi forma de trabajar me recuerda a cuando empecé como profesional".

Acostumbrado a entrenarse "en grupeta", Pereiro suele rodar en solitario por los alrededores de Vigo. "Y cuando veo que el tiempo se complica, me cojo un avión y me voy a Alicante o al Algarve", ha dicho.

Definitivamente, Pereiro ha experimentado una completa metamorfosis deportiva: "Quizá lo mejor es que me he sacado la careta de líder, de corredor de quien la gente siempre esperaba algo. Ahora no soy nadie, a poco que hago la gente se sorprende favorablemente. Empiezo de cero. El listón está tan bajo que ahora todo el mundo me dice: 'qué fino estás, qué centrado se te ve'. Y eso que aún debo bajar tres kilos. Pero la gente tenía una impresión tan mala que ahora todo esto parece mentira".

Antes de que la bici acabase con sus ánimos, Pereiro ha decidido asumir las riendas de su carrera, y ha destacado que "el cambio es tan grande que ahora decido yo cuándo me retiro, y no la bici. Ahora sé que el tiempo que esté en este mundillo será para disfrutar y hacer las cosas bien".

Por ello, la renovación de su contrato con Astana, que concluye al final de temporada, dependerá de factores deportivos y emocionales, no sólo económicos, sostiene. "Evidentemente, todos estamos aquí para ganarnos un sueldo, no para tocarnos las narices, pero todo dependerá de si me encuentro bien y quieren que siga. Si me apetece seguir rodando, seguiré. Cada año que esté en esto del ciclismo, para mí ya es un premio", ha confesado.


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