Paris - Nice

Tondo: "Por fin estoy en un equipo grande"

Photo: courtesy
Wim Dingemanse

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EXHIBICIÓN DEL CATALÁN DEL CERVÉLO EN LA PARÍS-NIZA

A sus 31 años, por fin un equipo grande le ha dado la oportunidad de demostrar su valía al otro lado de los Pirineos

A los 31 años, una edad a la que algunos ciclistas ya están pensando en 'colgar' la bicicleta, el catalán Xavier Tondo ha conseguido su bautismo internacional. Siempre en equipos pequeños, de España o Portugal, Tondo apenas había tenido oportunidad de demostrar su valía a este lado de los Pirineos, pero el Cervélo de Carlos Sastre se la ha dado y el catalán no la ha desaprovechado, imponiéndose a lo campeón, en solitario y tras descolgar en el último puerto al mismísimo Damiano Cunego, en la sexta etapa de la París-Niza. "Ayer cometí un error y perdí dos minutos y medio y con eso mis opciones de acabar entre los diez primeros de la general", explicaba poco después de bajar del podio. "Así que hoy he cambiado de objetivo y he salido con la intención de luchar por la etapa". Dicho y hecho.

Tondo, un antiguo ganador de la Vuelta a Portugal, en 2007, de la Subida al Naranco de 2008, de la Vuelta al Alentejo de 2005 y del Trofeo Agostinho de 2007, por no hablar de la etapa del Acebo en la Vuelta a Asturias de 2005, de la etapa reina del Tour de San Luis y del prólogo de la Vuelta a Andalucía del año pasado, era hasta hoy un perfecto desconocido en Francia, pero ahora se puede decir que en esta difícil plaza ha entrado por la puerta grande: "Este año, por suerte, estoy en un equipo grande. Alex (en referencia al ex fisio de Sastre y ahora director del Cervélo) ha confiado en mí, la vida me ha dado una oportunidad y estoy contento de poder demostrar que soy capaz de hacer cosas bonitas".

Los franceses, sin embargo, no se explican que un corredor así, un ciclista que ha sido capaz de desafiar al pelotón de los favoritos durante 30 kilómetros, sólo haya tenido la oportunidad de correr en un grande a los 31 años. "Yo también me he hecho esa pregunta muchas veces, porque con 25 años ya gané carreras importantes", respondía resignado Xavier. No sabía qué decir, qué responder, porque la pregunta habría que hacérsela a tantos directores españoles sordos y ciegos, pero Cervélo le ha abierto las puertas y Tondo ya está respondiendo. "Me han fichado con el objetivo de que ayude a Carlos Sastre en la montaña del Giro, para hacer el trabajo y así él pueda rematar. Pero todos los años intento mejorar y éste, por ejemplo, estoy trabajando mucho con la posición sobre la 'cabra'. Hace 15 días, sin ir más lejos, estuve en el velódromo de Palma corrigiendo algunas cosas con Joan Llaneras", su amigo del alma y maestro desde hace años.

Para Xavier, su victoria no ha sido ninguna sorpresa. "Sabía que estaba bien, porque antes de la Clásica de Almería hice un test con Francis Cabello, mi preparador, y era muy bueno. Eso sí, me faltaba ritmo porque apenas he corrido este año, de ahí que fallara en Mende". El equipo Cervélo, sin embargo, ya ha amortizado su fichaje: "También tuve alguna opción de ir al Astana, porque también tengo una buena relación con Alberto, pero al final opté por el Cervélo porque Sastre también es uno de mis favoritos y Álex (el director) me planteó cosas que me sonaron muy bien, ya que no todo iba a ser trabajar, sino también tener algunas responsabilidades", que es lo que está teniendo en la París-Niza.

Su cara, de por sí risueña, muestra una explosión de júbilo cuando sabe que Contador, que impidió su victoria en la etapa de La Laguna de los Peces de la Vuelta a Castilla y León de 2009 al defender con uñas y dientes el liderato de Leipheimer, le ha felicitado públicamente: "Es verdad que no gané por él, pero prefiero ganar porque ha salido todo bien, como hoy, que porque te han dejado. Es impresionante que me felicite un campeón como Alberto".

Lo cierto, sin embargo, es que nadie pensaba que sería capaz de llegar. "Me conozco y sé que no soy rápido, así que tenía que jugármela a una carta. Por eso, en el último puerto he intentado por todos los medios dejar a Cunego. Conseguido esto, luego era cuestión de darlo todo". Silvia, su esposa, estaba en la meta: "He salido a las 8 de la mañana de Gerona para llegar a tiempo. Es la primera vez que le veo ganar", explica casi con lágrimas en los ojos por la emoción. El palizón de viaje ha merecido la pena.


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