Vuelta a España

La Vuelta: Etapa 7: Stybar sorprende al pelotón y gana a Gilbert por un tubular

l checo y el belga se anticiparon a los equipos de los velocistas, que no aprovecharon la oportunidad, y se jugaron la victoria en Mairena de Aljarafe. Este sábado vuelve la montaña.

Ni un día de relax. Ni un sprint previsible, ni una siesta en condiciones. Ayer, en Mairena del Aljarafe, venció Stybar, un checo de 27 años consagrado en el ciclocross, especialidad en la que se proclamó campeón mundial en 2010 y 2011. Su triunfo vengó para el equipo Omega la desventura de Tony Martin, atrapado el día anterior a diez metros de la llegada, ustedes recordarán, él no lo olvida.

Para dar más realce a su victoria, Stybar, del que oiremos hablar en el futuro (viene de ganar el Eneco Tour o Vuelta a Benelux), se impuso sobre la línea de meta al actual campeón del mundo de fondo, el belga Gilbert. Acostumbrado a ejercer de primo de Zumosol, ayer el maillot arcoíris ejerció simplemente de primo. Arrancó a nueve de meta y se llevó a su rueda al impasible checo, ni una palabra ni un relevo. Con el aliento del pelotón en el cogote, el sprint entre ambos se decidió por apenas un tubular, quizá medio. La alegría va por barrios y la rabia también.

Después de siete etapas (una por equipos), Stybar es el quinto ciclista que estrena aquí su palmarés de triunfos en grandes vueltas, lo que confirma el poder de esta carrera como descubridora de talentos. El propio Gilbert puede dar fe (también Leticia Sabater). Hace seis años, cuando era poco más que un meritorio, ya se inflaba a rematar a los palos en la Vuelta. Hay pruebas que se adaptan mejor que otras a la personalidad de ciertos corredores, ya sea por el mes, el clima, por alguna energía invisible o por las azafatas del podio.

Lo cierto es que los velocistas, caso de existir, se volvieron a quedar con la miel en los labios. Ni tienen lanzadores, ni fuerzas, ni ayuda la convicción general de que esta no es carrera para flamígeros sprinters. Por esa razón siempre prueba algún curioso y por ese motivo nunca falta entre los primeros Flecha, otra vez quinto. Si la fortuna guarda relación con la compra de boletos, Flecha tiene asegurada una etapa.

La escapada de la jornada (equiparable al menú del día) la formaron Aramendia (socio honorario), Pinotti y Knees. Alcanzaron una ventaja de 7:12 y fueron cazados a 16 de meta. Les quedó el consuelo de ver Sevilla primero.

A partir de entonces se sucedieron los problemas, las rotondas y los agobios. El trazado era tan peligroso como la proximidad del público y quien lo advirtió se colocó de inmediato en posiciones delanteras. Valverde, por ejemplo. De momento no hay un ciclista que impresione tanto a sus adversarios. Lo domina todo, como si además del libro de ruta dispusiera cada mañana del resumen de lo que va a suceder.

Este sábado regresa la montaña (ya se la echaba de menos). Hasta el lunes viviremos tres finales en alto que, además de emoción, nos dirán quién es quién y cómo está cada uno.


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