OBITUARIO | XAVIER TONDO

Photo: courtesy
Willem Dingemanse

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Desde cadete trabajó su físico para perfilarse como un escalador · Había alcanzado a los 32 años un estado de forma sensacional · Apenas tuvo continuidad en un mismo equipo · En su horizonte estaba Francia y la gran ocasión de moverse sin el corsé de un líder por algunas de las etapas más duras del Tour

Miguel Indurain marcó a toda una generación de adolescentes. Las gestas del navarro animaron a Xavier Tondo (Valls, Tarragona, 1978) a correr en bicicleta. Tenía 13 años y ni siquiera pensaba dedicar su vida al ciclismo. Acabó siendo un apasionado corredor que creció con los consejos de Joan Llaneras, campeón olímpico, su gran padrino, su maestro.

Desde cadete trabajó su físico para perfilarse como un escalador. Cuesta arriba, en terrenos duros, consiguió sus mejores resultados. Había alcanzado a los 32 años un estado de forma sensacional. Sus compañeros aseguran que estaba muy ilusionado ante los retos que le ofrecía un equipo importante como el nuevo MoviStar Team. “Mi gran momento me tiene que llegar. Tengo mucho por delante”, decía en una de sus últimas entrevistas en el web de ciclismo 6cero.

El futuro le tenía reservado planes ambiciosos. Había añadido este año a su palmarés una etapa del Tour de San Luis y un sonado triunfo en la general de la Vuelta a Castilla y León. La consiguió ante el gran dominador del ciclismo actual: Alberto Contador.

Tondo debutó en 2003 en el Paternina. Apenas tuvo continuidad en un mismo equipo. Siempre ligado a la calamidad, no había temporada en la que se librase de visitar el hospital por culpa de alguna caída grave.

Cambió de formación año tras año a la espera de un buen escaparate. Se lo ofreció el Andalucía-Cajasur en 2009 por mediación del ex ciclista Francis Cabello, otro de sus grandes valedores.

Su mejor temporada la completó en 2010 como gregario de Carlos Sastre en el Cervélo. Consiguió una victoria de etapa en la París Niza y otra en la Volta a Catalunya.

En las últimas semanas había iniciado la preparación para la segunda fase de su calendario. Estos días se encontraba en Granada con sus compañeros Beñat Intxausti y Alejandro Valverde adaptando las piernas al asfalto rugoso y empinado que ofrece Sierra Nevada. En su horizonte estaba Francia y la gran ocasión de moverse sin el corsé de un líder por algunas de las etapas más duras del Tour. Quería despuntar definitivamente como corredor de grandes rondas tras quedar sexto en la última Vuelta a España.

La desgracia le ha llegado en pleno compás de espera. Un accidente doméstico le causó la muerte cuando salía a entrenar por las faldas de Pradollano. Xavier Tondo quedó atrapado entre la puerta del garaje y su coche. "Justo ahora la suerte le empezaba a sonreir", escribió el ciclista Óscar Pereiro en su twitter cuando conoció la noticia de su fallecimiento. De nuevo la calamidad, la tragedia, sin preaviso, golpea anímicamente a un deporte con las espaldas anchas y lastimadas.


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